Despertar el segundo día en el Monte Kilimanjaro fue tan estimulante como comenzar el camino el día anterior. Claro, el primer día estaba lleno de la expectativa de la experiencia que nos esperaba, entre un poco de nervios pensando “podré?” y un gran sentido de aventura. Pero también nos habían advertido que esa primera jornada en la ruta Machame tenía un alto potencial para lluvia y lodo – y eso no nos sucedió por lo tanto, haber pasado el primer día sin tener que lidiar con agua y lodo constituía un éxito para el grupo. Ya teníamos un día logrado. Mirando hacia atrás, el primer día fue interesante por ser el comienzo de la aventura, pero la caminata por bosques, etc. no fue tan inspiradora ya que las vistas y paisajes no eran quizás tan diferentes como los que conozco ya por mi parte del mundo. Lo especial de Kilimanjaro en cuestión de paisajes comenzaría el día dos…

Un nuevo día ascendiendo Kilimanjaro

Llegar al día dos representaba progreso hacia nuestra meta y mirábamos adelante. Sabíamos que el paisaje iba a cambiar ya que pasaríamos de una zona de clima a otra (por el cambio de altura a medida que ascendíamos) y la vegetación iba a ser diferente: de vegetación frondosa y verde a terrenos más yermos y desabrigados, donde la vegetación se iba reduciendo en tamaño y densidad a medida que ganábamos altura. Específicamente, el día dos nos entraría en los páramos (“moorlands” en inglés). A pesar de no ser tan densa la vegetación, las plantas y paisajes de ese día me parecieron sumamente interesante y bonitos. Disfruté mucho el recorrido ese día ya que ese paisaje era una novedad para mí.

Dije que las vistas del primer día no eran nada especial pero al despertarme en el campamento Machame (a una altura de 10,200 pies / 3,100 metros) esto fue lo que me encontré – tremenda inspiración para comenzar el recorrido hacia el campamento Shira!

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La cima de Kilimanjaro

Los páramos del Monte Kilimanjaro

Ahora que hecho este recorrido y que lo he vivido, sé lo que son los páramos pero antes de verlos, no tenía la menor idea de qué esperar. De antemano había leído que eran terrenos algo llanos que se encuentra a altura y donde la vegetación comenzaba a mermar dado que la reducción en los niveles de oxígeno limitaban el crecimiento de las plantas. Aún así hay flora que se adapta a las condiciones (la gran y sabia madre naturaleza!) y aquí algunas fotos con ejemplos de las plantas a nuestro alrededor.

Paisajes y vistas

Nos despertamos esa mañana a eso de las 7:45 bajo un cielo azul precioso. Al comenzar nuestro recorrido a la distancia veíamos el Monte Meru, vecino del gran Kilimanjaro. Nos proveyó no solo una vista impresionante pero también buenas oportunidades para fotos.

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El Monte Meru en la distancia

El sendero ese día fue algo rocoso pero no tan intense como lo sería otros días. Pasamos grandes rocas las que fueron bien aprovechadas para unas fotitos por todos en el grupo (y, a la vez, un Descanso en el camino).

Una tarde y noche en el campamento Shira

La ruta ese día, aparte de lo mencionado, no proveería nada más novedoso que la vista del Monte Meru, las rocas, y la vegetación tan curiosa. Pero la jornada iba a ser coronada por el campamento en el que pasaríamos la noche. Antes de contarles más del campamento comparto que la noche antes fue la primera vez en mi vida que había dormido en una caseta de campaña. Comento esto para que entiendan que me encantó el campamento no porque soy tipo normalmente aventurero en este sentido.

La caminata de ese día sería de 5.5 millas (9 kms) ganando 2,400 pies (740 ms) ya que el campamento Shira queda a 12,600 pies (3,840 ms). Entre una y otra parada de descanso en la ruta, llegamos como a las 2 de la tarde al campamento. Este campamento fue uno de los lugares más preciosos para mí de todo el ascenso. Quizás fue una mezcla de su ubicación, las horas del día que estuvimos ahí, y el cansancio – no sé pero, en verdad, no importa qué contribuyó a sentirme así.

El campamento estaba situado miranda la cresta Shira y de esa posición, si uno giraba 180 grados, se veía la cima de Kilimanjaro. Que panorama tan espectacular!! Como llegamos tan temprano, disfrutamos el campamento completamente, sentados hablando, volando papalotes (una de nuestro grupo los trajo!), y descansando. Algunos aprovechamos el lujo de tiempo libre para estirarnos un poco 😊

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Unas vistas espectaculares

De más está decir que el tiempo en este campamento nos permitió recargar energías para emprender el día 3!

Uno de los mejores puntos para ver la cresta Shira (y tomar fotos de ésta) coincidía con ser uno de los pocos puntos donde se podía recibir todavía señal de servicio móvil. Muchos de los guías pasaban ahí el tiempo enviando mensajes de texto. Ese mismo punto de acceso a señal móvil queda a 10 pies (3 ms) del “servicio” (inodoro portátil que nos acompañaba en el ascenso…). Este servicio era el que quedaba más cerca de mi caseta de campaña. Sería un lugar que visitaría varias veces esa noche ya que la medicina que tomábamos para ayudar con el ajuste a la altura (Diamox en los E.E.U.U.; ingrediente activo: acetazolamide) era, pues, un diurético… Este sería también un servicio móvil pero no de telefonía 😉

Las excursiones nocturnas al servicio

Ir al baño en el medio de la noche no parecería ser la gran cosa… Pero, hagamos inventario… hay que salirse del saco de dormir (“sleeping bag”) con sus cremalleras, hay que vestirse y abrigarse, hay que abrir las cremalleras de la caseta de campaña (son dos), hay que colocarse la luz nocturna, hay que coger lo que haga falta para el “evento”, y finalmente ponerse algún calzado ya que los campamentos tienen muchas piedras (y que estarían frías!). Todo esto, hagan cuenta, a la misma vez que uno tiene unas fuertísimas ganas de aliviarse las ganas ya que el diurético no perdona y uno, en el afán de prevenir enfermedad de altura se la pasa tomando agua (la hidratación ayuda muchísimo a no sentir estos efectos de la altura). Bueno, por lo menos mi caseta de campaña era una de las que quedaba más cerca al servicio – esos pasitos ahorrados quizás ayudaron…

Ahora, uno de los consejos que nos dieron de antemano fue el de traer una botella plástica extra de cuello ancho (y además se nos dijo que la marcáramos bien clarito para no confundirla con una de agua…). Esta botella sustituiría muchos de los pasos enumerados en antes ya que al salir del saco de dormir uno podía en esa botella, dentro de la caseta, pues orinar… Claro, más fácil para los hombres que para las mujeres pero las mujeres se dice que pueden usar un artefacto especial que guía el líquido hacia la botella – pero, ojo, esto requiere más coordinación de lo que uno puede tener en el medio de la noche!

Nuestra caseta servicio

De todos modos, comencé a usar la susodicha botella de esa noche en adelante pero no siempre te ahorra los viajecitos… la capacidad de mi botella era menos del total de todo lo que expulsaría en una noche así que, en algún momento de la noche tocaba ir al servicio de todos modos para aliviarse y para vaciar la botella… Quizás he compartido más de lo debido para mantener esto un escrito lindo pero lo comparto para los que quieren saber bien las realidades de la experiencia de la vida no solo en cualquier campamento, pero en uno a altura y bajo las condiciones que les comento (diurético, altura, etc.). Concluyo el “tema” diciendo que nunca tuve problemas volviendo a quedarme dormido después de estas “excursiones” nocturnas y soy duro para quedarme dormida (i.e., no me es fácil) pero el cansancio es supremo y el cuerpo necesita reponerse…

El almuerzo ese día

Quiero finalizar la narrativa con algo más agradable por lo tanto les cuento de mi almuerzo ese día dos que fue mi almuerzo favorito de toda la semana: un emparedado de queso grillado con tomates y pepinos. No se verán de revista en la fotito pero les aseguro que sabían a gloria! Nuestros guías y ayudantes fueron excelentes fuera guiándonos hacia la cima, preparando o rompiendo los campamentos, o preparando delicias como este almuerzo! No sobró ni uno!

Cierro diciendo que yo regresaría Kilimanjaro para pasarme dos o tres días en este lugar tan idílico. Con las siguientes fotos, les comparte las mejores imágenes que llevo grabadas digitalmente y en mi memoria cerebral de este bello campamento.