Escribir sobre el ascenso a la cima del Monte Kilimanjaro, la montaña más alta de África, no es una tarea fácil. ¿Qué contar? ¿Qué detalles compartir y cuáles omitir por razones de brevedad? ¿Cómo describir la experiencia? ¿Cómo comunicar si es difícil o no? Lo que me queda claro al pensar cómo compartir esta fabulosa experiencia con mis lectores es que mi prioridad es compartir lo que sentídurante los 7 días en la montaña. No pretendo ser presentarles una guía completa de la subida a la cima de Kilimanjaro pero espero ofrecerles algo más concreto, algo más real que un “website” oficial.
Ascender Kilimanjaro es más que preparación física o empacar la ropa y accesorios adecuados. Sí, esas dos cosas son críticas. Sí, subir Kilimanjaro es difícil físicamente. Pero el aspecto emocional durante el ascenso tiene tanto peso como cualquiera de esos dos aspectos.
La ruta y el ascenso de Kilimanjaro
Antes de adentrarme en el tema del ascenso, primero algo sobre la ruta (sobre lo que escribí aquí anteriormente). La ruta Machame es menos utilizada lo que la hace más agradable que las rutas más populares. También ofrece las mejores vistas durante el ascenso. Pero más allá de esto, la ruta Machame ofrece un mejor ajuste a la altura (subir alto y dormir bajo) que, por ejemplo, la ruta Marangu (también conocida como la ruta “Coca-Cola”).
Vale la aclaración que uno sube el Monte Kilimanjaro pero la cima del monte se conoce como Uhuru. Al subir Kilimanjaro, uno llega al borde del tope del volcán (Kilimanjaro es un volcán extinto). De ahí uno sigue el camino menos empinado hacia Uhuru. Una vez allí, ¡uno ha conquistado la montaña!
Comenzando el ascenso: la Puerta Machame y la espera
Todo empieza con un poco de ansiedad y mucho entusiasmo, en la mañana del primer día, cada uno haciendo sus últimos preparativos antes de salir del hotel donde nos quedamos hacia el hotel del cual saldría la expedición hacia la base de la montaña. Todo esto después de un despertar muy temprano, preparaciones finales de las mochilas, y otros detalles como untándose loción para no quemarse con el sol ecuatoriano…
Las mochilas esperando con los mochileros
La partida hacia la montaña pareció tomar una eternidad. La ansiedad seguía acumulándose y la espera para salir del hotel fue casi cruel – ¡estábamos locos por comenzar!
Una vez llegamos a la Puerta Machame, ¿saben qué pasó? ¡Pues que tuvimos que esperar otro rato más! Una vez se llega, el líder de grupo tiene que obtener los permisos (por lo visto, no se pueden conseguir antes). Así que nos sentamos a esperar, tomándonos fotos, y merendando algo.
Puerta Machame
Ya después de pasado quizás 45 minutos de espera, vimos a nuestro líder emerger de las oficinas – junto a los líderes de muchos otros grupos que también esperaban. Por lo visto el proceso no es muy ordenado que se diga… Entonces comenzó la carrera de arrancar antes de que se formara un cuello de botella en la entrada al sendero…
Letrero con avisos y advertencias
La caminata el primer día
Este primer día fue mayormente una caminata en un bosque comenzandoa 6,000 pies sobre el nivel del mar (1,830 m) y terminando en el Campamento Machame a 10,200 pies (3,100 m).
Puede que haya sido la anticipación de comenzar pero el cambio en altura no me afectó. Tuvimos suerte que no había llovido recientemente así que no había que lidiar con lodo o fango. Este sendero es el más preparado de toda la trayectoria aunque en ese momento no sabíamos que cambiaría del próximo día en adelante.
Sendero típico del primer día
Llegamos al campamento como a las 4:30 PM después de aproximadamente 5 horas de caminar (haciendo paradas cortas en el camino). Me sentí tan contento habiendo completado el día 1 de 6 para llegar a la cima. Sí, los retos más grandes estaban frente a nosotros pero el tener 1 de los 6 días en el pasado fue bien motivador. All legar al campamento, como haríamos todos los días al llegar a cada campamento, firmamos el registro que grabaría nuestra llegada.
Libro de registro
El Campamento Machame queda a una altura donde todavía hay árboles y otra vegetación lo que quiere decir que hay “residentes” en al campamento… pequeños roedores. Por lo que es muy importante mantener las tiendas de campaña con las cremalleras (“zippers”) cerradas (y por lo que es importante que la persona con quien uno comparte la tienda de campaña piense igual…).
Este campamento tiene baños públicos modernos (bastante nuevos) pero no se ilusionen… ¡Apestan y están sucios! No todos los visitantes son tan considerados como lo soy yo. A pesar de que aparentaría ser al revés, las casetas portables que mi grupo tenía para ir al baño son muchísimo más limpias y no tan desagradables en comparación. También como eran nuestras casetas, el grupo cuidaba de no dejarlas en mala condición después de uso. Y finalmente, nuestros “porters”, al empacar el campamento, le daban una buena limpieza. Créanlo o no, no me dio problema usar esas casetas. Mejor que cualquier letrina o baño público en la montaña (sólo eonctraríamos uno más la última noche).
Normalmente, al llegar al campamento, nuestras tiendas, las letrinas portables, y la tienda-comedor estaban ya listas esperándonos pero este primer día los porteros tenían que pesar la carga al salir de la Puerta Machame lo que los demoró ya que no salieron a la misma vez que nosotros. Así que este día nos sentamos a esperar que ellos terminaran de preparar las casetas y distribuir nuestro equipaje para poder asearnos, preparar el agua para el próximo día (esterlizándola con Steripen o pastillas de tratamiento) y organizarnos para la noche y el día 2.
Estableciendo el campamento para la primer noche
En mi caseta
Este primer día realmente no fue difícil. No llegamos a gran altura ni la caminata fue excesivamente larga o dura. Después de llegar al campamento, disfrutamos de una bonita puesta de sol en lo que esperábamos la cena. Esa noche la cena consistió de sopa, papas, pescado frito, vegetales y guineos acompañados de té caliente y/o chocolate caliente. Nos sorprendió la buena calidad de la alimentaciónn proveída y sería cierto todas las noches de esta aventura. La cena siempre fue divertida porque el grupo disfrutaba estar junto y hablar y reírnos del día. ¡Un buen comienzo a este ascenso y a mi primera noche acampanado en mi vida!
Atardecer en el campamento
¡Hacia el día 2!
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